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Si realmente pudiera ver sería muy distinto

  • myrnaly
  • Jun 23, 2024
  • 2 min read

Se rumorea que los espejos muestran la realidad tal cual es. Los espejos no engañan, solo reflejan la imagen que se les presenta. Por eso, a algunas personas no les agrada mirarse en un espejo, mientras que otras disfrutan de la imagen que ven y tienen varios espejos a su alrededor.


Tal vez no soy de las personas que disfrutan viendo su reflejo en el espejo, pero me resulta útil observarme para tener una idea de cómo me ven los demás. De esta manera, puedo asegurarme de arreglar lo que esté a mi alcance y causar una mejor impresión.


Mientras oraba esta mañana antes de empezar el devocional en el servicio de adoración en la iglesia, reflexionaba sobre lo poco que percibimos la presencia constante de Dios en nuestras vidas. A menudo observamos una decadencia moral en el mundo, pero la iglesia no parece estar muy alejada de esos comportamientos.


La percepción que los demás tienen de mí podría sugerir que soy una cristiana comprometida: asisto regularmente a la iglesia, imparto clases bíblicas, colaboro en la librería de la iglesia y participo activamente en otros ministerios. Sin embargo, ¿cuál es la percepción que Dios tiene de mí? Algunos dicen que, al morir, ven pasar su vida como una película ante sus ojos. Dios está viendo en directo y a todo color la película de mi vida, no espera hasta el final para reproducirla. ¿Soy consciente de esto?


¿Actuaría de la misma manera si tuviera la certeza de que Dios observa cada uno de mis movimientos, pensamientos, planes, acciones y la forma en que administro mi tiempo? ¿Dedicaría mi tiempo a las mismas actividades? Esta convicción transformaría la imagen de la iglesia ante el mundo, haciéndola verdaderamente santa y consagrada a Dios. Aunque somos conscientes de que en este cuerpo terrenal no alcanzaremos la perfección, no debemos permitir que esto sea una excusa para no vivir de manera que glorifique a Dios y anime a quienes nos rodean a alabar al Dios que conocen a través de nosotros.


Cada cambio empieza conmigo. Si Dios me está mostrando algo, no es para que lo juzgue y quiera aplicarlo a los demás. Un cambio significativo comienza con una persona que redirige su vida hacia una nueva dirección. Que este cambio empiece conmigo no me hace más especial, sino que engrandece y muestra la misericordia de Dios, quien en su gracia me guía y dedica su tiempo para dirigir mi vida, recordándome el propósito por el cual fui creada y demostrando paciencia en el proceso.


No he realizado ninguna acción para merecer tanto amor. Él lo ha entregado todo. Por eso deseo contemplarlo tal como lo describe el texto.


"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor." 2 Corintios 3:18 RVR1960


Es necesario que me acerque al Señor con humildad y sinceridad, pues él conoce y ve todo. Me comprometo a vivir recordando esta realidad. Oremos para que nos ayude a acercarnos al sumo sacerdote con la cara descubierta y caminar en su verdad.

 
 
 

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